viernes, 22 de junio de 2012

CRÍTICA DE "LA PIEL QUE HABITO"

La piel que habito (2011)
Dirigida por: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Reparto: Antonio Banderas, Elena Anaya, Marisa Paredes, Bárbara Lennie, Jan Cornet...

Argumento: Un reconocido cirujano, el doctor Robert Ledgard experimenta sus descubrimientos sobre los injertos de piel con una joven a la que ha secuestrado y encerrado en su casa. Pero su víctima esconde un secreto que les une de forma autodestructiva.


                               EL CINE QUE HABITO...QUÉ HÁBITO DE CINE!
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

La alteración (o alternación) sexual no es un leitmotiv nuevo en el cine Almodovariano. La sexualidad oculta se hace física y el sexo físico se oculta, como una transgresión camaleónica que nace del trauma pasional, vital o amoroso. "La piel que habito" no es un paso más, es el paso definitivo que ha dirigido el manchego para "transexualizar" su cine. Almodóvar hace con su película lo mismo que Ledgard experimenta con Vera: colocar una piel nueva sobre las carnes deliciosamente abiertas de su filmografía. El nuevo tejido retiene entre sus poros el sudor malsano del thriller, un sudor que se traduce en resultado turbador, sobre todo en la segunda mitad de la cinta. Y es así, Almodóvar nunca había estado tan turbador...tal vez más retorcido o imposible...pero nunca tan turbador.

Sin embargo ésta nueva piel es inmune a las sensaciones cotidianas de su cine: no nos quema amorosamente el exceso, ni nos ciega el chillido hortera, ni siquiera hay una troupe reconocible, ni ese maniqueísmo que disfraza lo patético con un humor campechano y deshinibido. Almodóvar se ha deshabitado.

Pero bajo toda piel viva sigue corriendo sangre. Una sangre arraigada a ciertas concesiones inimitables (los chascarrillos con forma de Agustín Almodóvar & Co) y perfectamente reconocibles (los acordes de Alberto Iglesias, el extrevagante minimalismo de los interiores que contrastan con exteriores cuasi selvático-orgiásticos), incluyendo un devaneo por la autorreferencia (onanismo que ya practicó sin cortarse un pelo en "Los abrazos rotos") que se plasma en la escena en la que el hijo brasileño de Marilia viola a Vera-una revisitación de cierta secuencia de "Kika"- y sobre todo hacia "Átame", con Banderas como secuestrador de una Elena Anaya puntualmente mimetizada en Victoria Abril pero sustituyendo las cuerdas y mordazas por dermis y epidermis a modo de cadenas y candados.

De todas formas, lo más llamativo en "La piel que habito" es la rocambolesca profusión de la justicia poética, algo que voy a resumir (para evitar spoilers cantosos) en una sencilla ecuación matemática: Vicente ataca a Norma + Vera observa de forma hipnótica un documental donde un tigre caza a un cervatillo + Zeca (tigre) ataca a Vera = jamás una pescadilla se mordió la cola con tanto estilo.

A fin de cuentas, Almodóvar no hay hecho una película ni mejor ni peor, ni más buena ni más mala...pero en la hazaña, parece haber cedido su maestría en hacer cine por la osadía de ejercer la "cineplastia".

NIVEL DE VICIO: 6'5

martes, 29 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "SÓLO UNA NOCHE"

Last night (2010)
Dirigida por: Massy Tadjedin
Música: Clint Mansell
Reparto: Sam Worthington, Keira Knightley, Guillaume Canet, Eva Mendes, Griffin Dunne...

Argumento: Un joven matrimonio debe permanecer separado durante todo un dia a causa del viaje de negocios que debe realizar el marido. Mientras él viaja con una atractiva compañera de trabajo, su esposa se reencontrará con un antiguo novio francés. Será una jornada de múltiples descubrimientos y redescubrimientos.


                          FIELES A LOS INSTINTOS, INFIELES A LOS PRINCIPIOS
                                                                      Por Alejandro Chacón Ruiz.

"Sólo una noche" es una de esas películas de silencios contemplativos, donde el espectador atrapado se convierte en confidente pasivo, como un testigo en la sombra de miradas que hablan, suspiros que gritan y divagaciones palpables, casi táctiles. Massy Tadjedin tiende en la cuerda floja de su espectáculo intimista los trapos sucios que cualquier pareja puede esconder detrás de su puertas, mentes o corazones.

Navegando entre los lánguidos acordes de Clint Mansell, los actores se desenvuelven a un nivel más que correcto, con un Sam Worthington adoptando un avatar cercano y de atractiva vulnerabilidad, una Keira Knighley bastante expresiva y muy por encima de la media habitual frente a ese Guillaume Canet arrebatador y la guapa Eva Mendes ejerciendo de un espíritu libre digno de invocar una y mil veces.

La realizadora sabe envolver cada minuto del metraje con un halo introspectivo que, curiosamente, se percibe más como logro plástico que como acierto de guión. Hay antesalas prometedoras que desembocan en situaciones no muy bien condimentadas, donde la sensualidad se reduce a un mueca sugerente y el romanticismo presuntamente exaltado acaba siendo asaltado por la rutinaria linealidad. Un desatino malencarado que contaba con una vistosa baraja de palos ganadores: la exposición de los celos como consecuencia de una culpabilidad encubierta, el amor transformado en acto de resignación y sobre todo, la relatividad del engaño, de la traición dentro del matrimonio. Tadjedin abre un debate potencial sobre los cuernos físicos y los cuernos platónicos, esa infidelidad que se anhela pero no se consuma, o esa fidelidad incombatible hacia los instintos que no merman un ápice el amor más puro.

"Sólo una noche", entre sus costuras, va hilvanando la materia prima, el bruto primitivo de toda relación humana: la simpleza del sexo frente a la compejidad del amor. O viceversa...Y entre tanto vaivén de emociones, nos sorprende el regalo interpretativo de Griffin Dunne, cuya presencia resume la jornada con una expresión a la altura de las circustancias: jó, que noche!

NIVEL DE VICIO: 6


miércoles, 16 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "ALMAS CONDENADAS"

My soul to take (2011)
Dirigida por: Wes Craven
Música: Marco Beltrami
Reparto: Max Thieriot, Zena Grey, Denzel Whitaker, Frank Grillo...

Argumento: En la localidad de Riverton circula una leyenda urbana que cuenta como un monstruoso psicópata murió la noche en la que siete niños acababan de nacer y que el asesino juró volver de la tumba para acabar con ellos. Han pasado 16 años y en Riverton comienza a haber misteriosas desapariciones.


                                                        EL TERROR COMO ANÉCDOTA
                                                                        Por Alejandro Chacón Ruiz.

Wes Craven siempre ha sido un realizador que se ha movido entre el thriller y el cine de terror, si exceptuamos el correctito drama "Música del corazón"(1999). "Almas condenadas" podría considerarse la segunda excepción de Craven dentro de su extensa filmografía...pero aunque el bruto del filme se desenmarca del género fantástico por numerosos motivos, es cierto que la anímica esencia de la propuesta debe obligarnos a incluir a ésta historia dentro de la especialidad del director.
 
Falta de inspiración, agotamiento creativo, dispersión absoluta y repentina, desorden de prioridades (en favor del rodaje de "Scream 4")...es casi imposible dilucidar los motivos exactos por los que Wes Craven ha perdido el norte con este amago de slasher sobrenatural. Es realmente curioso (muchos dirán que indignante) que "Almas condenadas" sea, fundamentalmente, una película de adolescentes que oscila entre lo pintoresco (el maniqueísmo de personajes es de un grosor chirriante), lo autoparódico (atributo familiar para el cine "craveniano") y la superficialidad verborreica.
 
Y es éste último término el dominador absoluto de la función: los personajillos hablan, conversan, discuten, se rallan, nos rallan...mientras el metraje pasa y pasa. Lo que sucede en éste título acaba siendo inaudito, no solo para los seguidores de Craven, sino para los aficionados al cine fantástico en general. Si la saga "Scream", por ejemplo, se caracteriza por ser un slasher puro y duro con los concisos y necesarios insertos de propuesta "teenager", lo de "Almas condenadas" aparece en las antípodas, es decir, un filme de adolescentes donde el terror es el cameo de turno o la anécdota que rompe el equilibrio argumental.
 
Sin embargo, para ser cien por cien honestos con el público, la esencia debe prevalecer (aunque solo sea por mera objetividad) sobre la plomiza realidad de la historia: hay un prólogo oscuro e interesante, una secuencia de doble asesinato en un bosque bien acometida y un desenlace (mareante y extenuantemente largo) lleno de falsos culpables y pequeños sustos destinados al más merecido resarcimiento que, en conjunto, obligan a catalogar a "Almas condenadas" como película de terror.
 
Pero, aunque dicen por ahí que la obligación está antes que la devoción, un crítico de cine se debe al público y, sobre todo, a su vertiente como espectador: y, señores, lo nuevo de Wes Craven no da miedo, y, lo más terrible, tampoco lo pretende.

NIVEL DE VICIO: 2


CRÍTICA DE "¡QUÉ DILEMA!"

The Dilemma (2011)
Dirigida por: Ron Howard
Música: Hans Zimmer, Lorne Balfe
Reparto: Vince Vaughn, Jennifer Connelly, Kevin James,Winona Ryder, Channing Tatum, Queen Latifah...

Argumento: Ronny y Nick mantienen una amistad incondicional desde que se conocieron en la universidad y además son socios en una empresa de diseño de automóviles. Un dia, el destino pondrá a Ronny en una delicada situación: será testigo de como la esposa de Nick le engaña con un atractivo joven. Las dudas acerca de contarle la cruda verdad a su amigo atormentarán al bueno de Ronny.


                                     DICOTOMÍA UNIVERSAL DE LA HONESTIDAD
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

No tuvo que ser fácil para Ron Howard exponer en tono de comedia el doble filo de la verdad, una verdad que tranquiliza una conciencia para destruir una pareja, o lo contrario, un silencio que te mina por dentro mientras allá afuera la felicidad del ignorante se expande dolorosamente...arrastrándote a una complicidad irremediable y muda. Y esa complejidad envuelve perniciosamente al conjunto del filme.

No nos coje tampoco por sorpresa el escaso pulso que Howard tiene con la comedia (bien es cierto que otros géneros, se le dan bastante mejor...) y en "¡Qué dilema!" consigue bautizar un nuevo subgénero: la "no comedia". Es verdad que la vocación de la historia tiende a la risa, incluso a lo hilarante (Vaughn espiando a Tatum y Ryder, o la repentina pelea entre James y Vaughn, revolcándose por los suelos, en una sala de espera...) pero el realizador antepone el frenazo para ceder el paso al trasfondo dramático, incómodo, de farragosa moralina y titubeantes empatías de cara al público. Por decirlo de alguna forma, el gag tiende a congelarse abrúptamente y la diversión se queda en un interruptus desconcertante y no muy bien recibido.

Retomando las empatías, es justo decir que algunas de las situaciones que nos plantea la película son perfectamente reconocibles. Muy conseguida en este sentido la credibilidad que aporta el personaje de Vaughn, expuesto en pantalla como una segunda piel para muchos espectadores: un hombre que baraja hasta la extenuación conceptos como la lealtad hacia la amistad, el miedo a la traición, las medias verdades que terminan siendo mentiras completas, el chantaje emocional...y finalmente la vorágine de sinsentidos en la que se convierte el inofensivo granito de arena.

Atención al personaje de Geneva, manejado con brillantez por una Winona Ryder poderosa, propietaria del papel más goloso de la función. Es más, posiblemente Geneva sea el rol más deliciosamente antipático y retorcido que la actriz haya encarnado en toda su carrera: sólo hay que observar el tremendo instante en el que ella se cita con Ronny en una cafetería y la malintencionada conversación que tiene con éste, amedrentándole. Respecto al resto de intérpretes, Jennifer Connelly nos regala su estimulante presencia y abrumadora belleza que hacen balance con lo anodino de su personaje o la siempre potente pero fugaz aparición de Queen Latifah.

Así son las cosas; Howard ha rodado una no comedia con diversos aciertos que encuentra el espejo más diáfano en esa dicotomía de la honestidad que en cualquier pie calza y que nos lanza a la cara un terrible dilema: muchas veces es más fácil llegar a la alegre mentira que atravesar el largo y recto camino de la verdad.

NIVEL DE VICIO: 5





martes, 15 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "EL CASTOR"

The beaver (2011)
Dirigida por: Jodie Foster
Música: Marcelo Zarvos
Reparto: Mel Gibson, Anton Yelchin, Jodie Foster, Jennifer Lawrence...

Argumento: Un hombre sumido en una profunda depresión encuentra el consuelo y la comprensión en la figura de una marioneta de trapo. Tanto la familia como los compañeros de trabajo tendrán que aceptar al nuevo "amigo" del protagonista.



                                                           PSICOLOGÍA DEL APÉNDICE 
                                                         Por Alejandro Chacón Ruiz.

Hay una etapa en la infancia en la que muchos niños encuentran, en sus propias manos, a los amigos ideales. Hablan con sus manos, y sus manos les responden.
Dentro de ésta introversión se encierra la prehistoria del feedback, de un enriquecimiento unidireccional, un primer paso del autoplacer hacia la consciencia del ser humano.
 
La piel de trapo que enfunda el brazo de Mel Gibson es una extensión mental al servicio del lenguaje cinematográfico. En "El castor", Jodie Foster nos habla de la comunicación más indeleble, aquella que nace de la desesperación, desde las entrañas mismas del abismo que te mira y arrastra, desde el grito que emite la vida cuando tiene vértigo al observar lo profundo que es el mundo. Foster habla de la fragilidad y Gibson traspasa el hilo de títere para ofrecer un recital interpretativo arrebatador y de gran emotividad.
 
Hay un titubeo de focalización de géneros que no funciona del todo bien en la película: el humor negro avanza con paso firme para volcarse en el drama familiar al uso que a su vez se bifurca en cine de adolescentes con ínfulas indies para deslizarse hacia un amago de thriller psicológico que culminará en drama agridulce con happy end de regustillo típico americano. En la variedad está el gusto...y el disgusto.
Llama poderosamente la atención que, dejando a un lado al poderoso Walter Black de Gibson, los personajes más golosos de la función estén repartidos entre unos extraordinarios Anton Yelchin y Jennifer Lawrence, relegando a la hacedora del evento, la propia Foster, el rol más anodino e insulso de todo el conjunto.
 
Y es que algo pasa con Jodie en "El castor"...Tanto en "El pequeño Tate" como en "A casa por vacaciones", la fuerza emanaba de la película en si misma, contagiando a todo su conjunto. Pero en éste caso la fuerza sólo emana desde los actores, fundamentalmente de Gibson quien, sin querer, parece comerse a la propia directora, como si el apéndice dominara al cuerpo...Gibson es el castor, pero Foster es la marioneta.
 
Con todo y con eso, la cinta nos regala momentos para la posteridad, como la demoledora escena en la que la familia de Walter decide abandonarle (atención al rostro de Mel Gibson y la expresión de su mirada mientras le vemos sentado en el porche de la casa...absolutamente conmovedor) o el momento en el que el personaje de Lawrence le regala su graffiti al personaje de Yelchin quien acabará decorando su dormitorio con éste. Y aunque roce la americanada, ojito al discurso final de Jennifer Lawrence durante la graduación...cumple su cometido de anudar la garganta.
 
Y si las emociones acaban emergiendo en algún momento, tal vez hay más aciertos que erratas en "El castor" de Jodie Foster, ya sea por reconociento o empatía hacia dos de las mejores características del ser humano: la redención y el perdón.

NIVEL DE VICIO: 6

 

miércoles, 9 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "¿ESTÁS AHÍ?"

¿Estás ahí? (2011)
Dirigida por: Roberto Santiago
Música: Zacarías M. de la Riva
Reparto: Gorka Otxoa, Miren Ibarguren, Carmen Elías, Miguel Rellán...

Argumento: Ana acaba de morir en un accidente de tráfico. Pero su fantasma se niega a romper su relación sentimental con Fran. La atípica pareja tendrá que aprender a convivir bajo un mismo techo y adaptarse a tan peculiar situación.


                                                     HUMOR SIN CUERPO Y SIN ALMA
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

Tanto Gorka Otxoa como Miren Ibarguren han demostrado ser grandes comediantes dentro de la gran pantalla en "Pagafantas" y "Una hora más en Canarias" respectivamente. Nadie puede dudar del talento interpretativo de ambos.
 
En lo nuevo de Roberto Santiago, las virtudes anteriormente citadas se intuyen, pero no se palpan...Haberlas, haylas (esas virtudes) como las meigas...pero no siempre son evidentes. Lo único evidente en esta comedieta de consumo rápido es una desgana absoluta por invocar un humor inteligente, efectivo y no efectista y alejado del recurso ramplón, la mogigatería forzada y el gag físico destartalado.
 
La paupérrima puesta en escena donde campan los personajes de Santiago se aproxima peligrosamente a las tablas de los teatros amateurs (sobrados éstos de mucho más ingenio y frescura) o de los espacios reservados a monologístas...Todo elemento está encorsetado, lamentablemente reducido a ser preso potencial del golpe facilón, la salida tópica o la mueca infinitesimal en la cara más devaluada de éste género.
 
Hay frases sueltas que arrancan sonrisas, gestos puntuales resultones y moderadamente divertidos, pero, ironías de la vida, "¿Estás ahí?" logra introducirse en el ánimo del espectador al merodear por los senderos melancólicos, serénamente nostálgicos que aparecen de forma inesperada en la historia, abriendo esperanzadores paréntesis entre tanta mediocridad: momentos como la secuencia en la que los espíritus de Ana y Claudio observan desde el balcón del apartamento como las casas del barrio y las calles cercanas también poseen otras presencias fantasmales o un instante realmente conseguido y de notable fuerza dramática (mérito de una Miren Ibarguren soberbia), aquel en el que Ana decide "liberar" a Fran de su presencia, para que él se reencuentre con el amor...Tan solo las miradas y la emoción del personaje hablan por sí solas.
 
Volviéndo a su propósito fundamental, el filme no tiene mucho más que añadir. El tratamiento sobrenatural reencarnado en vehículo de chiste barato no logra aportar nada más a lo visto en incontables parodias, comedias o incluso sketches similares pero decididamente más disfrutables.
Y es que a este tipo de películas se las debería dejar descansar en paz, no por respeto a sus hacedores, sino por respeto al público.

NIVEL DE VICIO: 2


CRÍTICA DE "EL INOCENTE"

The Lincoln Lawyer (2011)
Dirigida por: Brad Furman
Música: Cliff Martinez
Reparto: Matthew McConaughey, Marisa Tomei, Ryan Philippe, Josh Lucas, Frances Fisher...

Argumento:  Mickey Haller es el típico abogado que se las sabe todas, acostumbrado a ganar cualquier caso y salir airoso del más enrevesado de los juicios. Pero su intachable carrera dará un vuelco al defender a un rico heredero acusado de violación.



                                                            INOCENCIA  INTERRUMPIDA
                                                                        Por Alejandro Chacón Ruiz.

Existe un halo de cine clásico, de regusto a género negro de antaño en "El inocente" de Brad Furman.
Y no hay evidencias formales, ni personajes maniqueos, ni femme fatales, ni siquiera una narración estructurada para reconocer el cuerpo de ese género puro e inequívoco...Simplemente hay alma, esencia y un espíritu de peso, felizmente omipresente en un formato contemporáneo, atractivo y de vocación palomitera.

No va a asistir el espectador a un speech jurídico-legislativo de coto privado, ni a un   efecto placebo de casi dos horas destinado a derechitos de ayer y hoy...Furman expone a su jurado potencial un caso de cinefagia entretenido, frenético y con una linea convergente hacia la eficacia, la satisfación y la sencillez bienentendida.

"El inocente" camina con firmeza y disposición a través de los recovecos y bifurcaciones de la ley y sus representantes, evidenciando (que no es nuevo) los dobles juegos, las artimañas y las múltiples caras de la corrupción, esa pandemia que deconstruye cualquier sistema, entidad o valor humano.

En éste sentido, el realizador deposita en el abogado Haller esa dicotomía entre el deber y el triunfo, potenciada por una inocencia interrumpida desde ese tren desbocado que es la verdad más terminal, aquella que pone en tela de juicio a la persona frente a su profesión...y entiéndase aquí profesión no como vocación sino como arca de poder. Frente a la situación establecida hayamos el golpe de gracia de ese taleno interpretativo de McConaughey, mucho más maduro que aquel Jake Brigance de "Tiempo de Matar".

Acompañando al protagonista, vamos descubriendo un plantel de secundarios sólidos y de indiscutible talento como Marisa Tomei, William H. Macy, Frances Fisher, John Legizamo, Michael Paré, Josh Lucas e incluso un decentito Ryan Philippe que refuerzan la globalidad de la propuesta.

Tal vez hay un desatino profundamente tópico e innecesario en la resolución del tercer acto y una profusión abusiva de final múltiple en su autocomplaciente epílogo, pero sería injusto arrastrar a todo un conjunto notable y perfectamente equilibrado dentro de una turbina mínima de descalabro narrativo. 
No perdamos el juicio.

NIVEL DE VICIO: 7'5



CRÍTICA DE "NO MIRES ATRÁS"

La ragazza del lago (2007)
Dirigida por: Andrea Molaioli
Música: Teho Teardo
Reparto: Toni Servillo, Omero Antonutti, Valeria Golino, Marco Baliani, Nello Mascia...

Argumento: Un pequeño pueblo italiano acaba envuelto en la
tragedia tras el hallazgo del cadaver de una joven a las orillas de un lago.
Un inspector llegará al lugar para averiguar quien es el asesino.



                                                 LAGOS, LAGUNAS Y OTROS VACÍOS
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

 El arranque de "La ragazza del lago"(título original de ésta película...a saber el motivo de la absurda traducción española!) recuerda vagamente a los primeros minutos de la excepcional "Le septs jours du Talion", un thriller de Daniel Grou que aun no se ha estrenado en nuestro país.
 
Desgraciadamente, el filme de Andrea Molaioli no tarda es escaparse por otros derroteros mucho menos interesantes e inquietantemente pobres. "No mires atrás" se revela como una sucesión exasperante de amagos: es un amago de giallo, con su base criminal inoculada en el primer acto y evaporada casi instantáneamente según va avanzando el metraje.
 
Tambien es un amago de thriller sobrenatural, incluyendo una falsa premisa de leyenda urbana cuasi mágica que, pudiendo aportar un juego ambiguo entre fantasía y realidad, acaba reducido a los añicos de una linea tramposa y enrarecida de guión. Y además es un amago de intriga policiaca...más bien hay una investigación concienzuda, de dilatación confusa y resolución aséptica.

Curiosamente, el discurso más conseguido y mejor resuelto en la película de Molaioli está en su vertiente más inesperada y relegada a un triste segundo plano: su envés dramático, el concerniente al personaje del inspector Sandio (fabuloso Toni Servillo) y su destartalada familia.
En este sentido encontramos lecturas hermosas, confesiones apasionadamente creíbles y un dolor silente, resignado, que alcanza velozmente la garganta, anudándola.

A nivel interpretativo, además del citado Servillo, el resto del reparto cumple con corrección y solvencia, pecando, en ocasiones, de cierto desperdicio de talentos veteranos (el caso de Antonutti o Golino, por ejemplo, poco expandidos en la función) y abusando, en cambio, de una contención demasiado gris y plana.
Y si a lo incoloro del conjunto añadimos la exasperante banda sonora de Teho Teardo, chirriante y de un minimalismo nada agradable para los oídos, el resultado es abrumador.

"No mires atrás" es un lago en sí mismo que necesita un drenaje urgente para que el espectador encuentre en su fondo una tragedia humana universal que quiere ser hermosa y no lo consigue...
Y el porqué está en la superficie, cerca de la orilla, donde reposa la carne muerta de aquello que pudo ser y nunca jamás será.

NIVEL DE VICIO: 4


martes, 8 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "MARTHA MARCY MAY MARLENE"

Martha Marcy May Marlene (2011)
Dirigida por: Sean Durkin
Música: Daniel Bensi, Saunder Jurriaans
Reparto: Elizabeth Olsen, Hugh Dancy, Brady Corbet, Sarah Paulson...

Argumento: Martha decide abandonar una secta a la que pertenecía desde hacía varios años para reencontrarse con su hermana y el marido de ésta. La nueva vida de Martha estará dominada por los tortuosos recuerdos del pasado y por una creciente paranoia que afectará a las personas que la rodean.


                                                                SINÓNIMOS  DEL  MIEDO
                                                                         Por Alejandro Chacón Ruiz.

Viajar a la América más profunda no supone siempre tomar un giro al infierno en un Km. 666 para que los adolescentes se conviertan en dulces de carnicería del terror a lo fast-food.
Hay otros caminos, separados pero de tendencias convergentes: Sean Durkin demuestra en su inquietante drama que inocular el miedo con sutilidad puede causar los mayores desbarajustes emocionales. Sabe como orquestar cada toma, cada plano con esa armonía incómoda.

El filme se abre con un prólogo de retazos silenciosos, donde lo cotidiano se resuelve con una expresión minimalista y un pulso manso: todo es, en realidad, la disección de un grito ahogado.
Y ese grito estalla en una huída, la de nuestra protagonista. Una huída que no es una pérdida sino la búsqueda desesperada de nuevos caminos.

Marcy May escapa para reencontrarse con Martha y Martha regresa para dejar atrás a Marcy May: y todas estas idas y venidas pertenecen a un mismo ser, a una única persona.
Y ésta entidad sin identidad adquiere una complejidad fabulosa, entre emotiva y potencialmente dañina gracias a la interpretación de Elizabeth Olsen. Su personaje, más que vivir, parece merodear por la vida, como un animal asustado.

Durkin, haciendo gala de un montaje excepcional, consigue que los flashbacks se adhieran a la narración lineal. Y todo es turbio e insano...como la mente atormentada de Martha (antes Marcy May).

Cambia el nombre y cambia la vida: Martha es libre, Marcy May está abducida...
Abducida o anulada: en la película hay una evidencia, dibujada sin morbo o sensacionalismo, acerca de la capacidad de las sectas de alimentarse de la vulnerabilidad y la fragilidad.

Es en éste punto donde el realizador disfraza hábilmente la perversión y la desazón con una epidermis de retablo "hippie", casi resuelto en una oscura y jerárquica parcela nínfica.
La cámara se las ingenia para abarcar toda la tensión aletargada en planos fijos, puntualmente rígidos, pero de gran poder descriptivo, a lo que se suma una opresiva banda sonora.

"¿Qué ocurre cuando no puedes distinguir si algo es un recuerdo o forma parte de un sueño?" se pregunta Martha en un pasaje de ésta historia.
La respuesta, ciertamente, la tenía Marcy May...pero, ¿Y Marlene?
Marlene pasa de puntillas en la película, aunque, lo más seguro es que se encuentre al otro lado de la pantalla, con un rostro cualquiera e identificando un sentimiento universal: el miedo.

NIVEL DE VICIO: 8

jueves, 19 de abril de 2012

CRÍTICA DE "CÓDIGO FUENTE"

Source Code (2011)
Dirigida por: Duncan Jones
Música: Chris Bacon
Reparto: Jake Gyllenhaal, Michelle Monaghan, Vera Farmiga, Jeffrey Wright...

Argumento: El soldado Colter Stevens es la pieza clave de un experimento
gubernamental en el cual tendrá que revivir repetidamente en el tiempo
la explosión de un tren de pasajeros hasta descubrir y cazar al terrorista.


                                                     EXPLOSIVO DIA DE LA MARMOTA
                                                                      Por Alejandro Chacón Ruiz.

"Código Fuente" no ha sido concebida para el disfrute de estudiantes de Letras Puras.
Curiosamente, ni siquiera los cerebritos de Ciencias lograrán descifrar todo el
compendio matemático-físico-festivo que arrastra su turbio nucleo argumental.
Pero, ¿saben qué...? Nada de ésto importa lo más mínimo: si bien es cierto que para
justificar los viajes en el tiempo, materializaciones y demás incongruencias
metafísicas que forman parte del ser y estar (o no estar) del personaje de Jake Gyllenhaal
se ha recurrido a una hiperbólica ficción numerológica, lo realmente válido y sólido
de todo es que en esa superficie apta para todas las neuronas domina un producto
entretenido, interesante y plenamente satisfactorio.

Duncan Jones ha sabido extraer de lo indescifrable una alegre aceptación de lo absurdo,
ya que su imposibilidad está tan bien trabajada, montada y acometida que consigue
no hacer deshechable ni un solo minuto del metraje.
Si "Moon" era poderosamente original, "Código Fuente" es triunfalmente referencial:
hay mucho de "Matrix", pero sin los ralentís acrobáticos, gotitas del "Cube" de Vincenzo
Natali, ecos de la saga "Destino Final" e incluso (que es lo más gracioso), una evidente
aproximación a "Atrapado en el tiempo" pero sustituyendo a la cómica marmota por
un tren que explota una y otra vez.

Inmersos en el bucle terrorista, brillan el citado Gyllenhaal y su compañera Michelle
Monaghan, ambos mostrando una complicidad tremenda que refuerza el vínculo
dramático de la situación general y de la relación entre ellos en particular.
También hay que subrayar la contención y firmeza del personaje de Vera Farmiga, una
fabulosa actriz digna de reivindicar y prodigarse aun más en la gran pantalla.

Pese a formar parte de en subgénero dominado por los Fx de alta generación y
ampulosa vistosidad, "Código Fuente" no destaca especialmente en éste sentido- de
hecho, las explosiones y los momentos de acción más vívidos no pasan de la corrección,
de lo méramente aceptable-, sin embargo, ganan muchos enteros el suspense y los
momentos de tensión, puntualmente clásicos, hitchcockianos incluso, que merodean entre
los pasillos del tren y ciertas secuencias como en las investigaciones de Colter en la estación
o la escena de la furgoneta repleta de artilugios detonantes.

Y es que Duncan Jones demuestra una vez más que sus satélites fílmicos poseen
una órbita favorable a ese gran planeta que es el Séptimo Arte, ofreciendo, de paso, un
código sin barras para el espectador.

NIVEL DE VICIO: 7



MENTES VICIADAS




Estimados y neuronalmente cortocircuitados viciosos y viciosas:
BIENVENID@S a la sección "Mentes Viciadas", un pequeño cubículo en el que realizaremos descacharrantes alteraciones genéticas entre el Séptimo Arte y los más diversos elementos de origen animal, vegetal o mineral.
¿Teneis alma de profesor chiflado? Pues aquí os invitamos a que lo demostreis libremente. Mandad vuestros engendros, "remixes" o fórmulas informulables con vuestro nombre o un "nick" a través de los Comentarios de la sección. La dirección de Cinema Paravicio los hará públicos y todos nos beneficiaremos de grandes momentos de creatividad y cachondeo cinéfago.
Para ir arrancando motores, Mentes Viciadas presenta su primer bloque, ¡esperamos vuestras propuestas!:

                                                        CINE  QUE  ENGORDA!!!(1)

-"Quesadilla en Elm Street": Un cocinero asesino fallece en un incendio provocado intencionadamente por los padres de unos niños que murieron intoxicados por una quesadilla hecha a base de productos ecológicos caducados. Diez años despues, esos niños, ya adolescentes hipersalidos, recibirán la visita fantasmal del cocinero cada vez que tengan retortijones, vómitos o diarrea, rematándolos con una sobredosis de quesadilla tóxica.

-"Los huevos del hambre": En un futuro no muy lejano, allá por el año 4.872, la Tierra está a punto de irse a tomar viento y sólo quedan seres humanos, gallinas y el Gran Hermano. Dos jóvenes tendran que alimentarse, en una carrera contrarreloj y durante tres meses, a base de huevos escalfados para ganar los 100.000 euros de "Gran Hermano 12012 + 1", el reality presentado por una Mercedes Milá biónica.

-"El goloso en llamas": Un adicto a los dulces decide tomarse unas vacaciones y marcharse a la Costa del Sol a broncearse en la playa. Mientras está tumbado en la arena y tras un atracón de yemas de Santa Teresa, se queda traspuesto bajo un sol abrasador, a 48 grados y sin crema protectora. El infeliz acabará ardiendo por una combustión espontanea, prendiendo fuego a las sombrillas y toallas colindantes y alcanzando una gasolinera cercana que explotará de una manera tan burra que derribará la fachada del Hotel Guadalpín.

-"La noche de los huertos vivientes": El campesino Jorge Romero y su esposa vivirán una noche de terror vegetariano, cuando todas las verduras y hortalizas de sus tierras cobren vida y rodeen la granja en la que habitan, organizando una tomatina sin precedentes y no apta para todos los estómagos.

-"Una menta maravillosa": Un profesor aquejado por una esquizofrenia galopante, encuentra en las sobredosis de Pistolínes el remedio contra sus paranoias. Cuanto más pistolines chupa, más genio se vuelve, llegando a ser una eminencia en las matemáticas y conquistando a la mismísima Jennifer Connelly.

(Continuará...)





miércoles, 18 de abril de 2012

CRÍTICA DE "RIO"

Rio (2011)
Dirigida por: Carlos Saldanha
Música: John Powell
Reparto: Voces originales de Jesse Eisenberg, Anne Hathaway, Leslie Mann, Jamie Foxx...

Argumento: Blu, un ingenuo guacamayo que no sabe volar y Jewel, una hembra
de su misma especie emprenderán una excitante aventura llena de música y color
enmarcada en los carnavales de Brasil.


                                                                   ¡ME RIO DE JANEIRO!
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.


Poco queda bajo el sol de la animación tridimensional...al menos en lo que concierne
a aquellos estudios (Fox, Dreamworks...) que intentan hacerle sombra a la todopoderosa
Disney.
La corrección planea por encima de conceptos como avances tecnológicos, originalidad
argumental o cualquier disciplina innovadora o transgresora.
Carlos Saldanha, que firmó y co-dirigió todas las secuelas de "La edad de hielo", plasma
con toda su buena fe esa corrección lineal y de escaso riesgo en su última película.

"Rio" es más de lo mismo pero con un envoltorio más colorista, pomposo y sugerente.
La transición de escenarios (dejamos los glaciares mortecinos para aterrizar en una ciudad
apabullante, rebosante de tonalidades vivas y alegres) evidencia un clarísimo amago de
evolución formal, incluso plástica que, para bien o para mal, solo entra por los ojos (y muy bien,
además) pero sin la garra perdurable, sin el gancho certero para la memoria o las emociones.
A nivel de creación de personajes, son los guacamayos y la fauna colindante los que merecen
el mayor reconocimiento. Tanto Blu como Jewel poseen un diseño y caracter bastante notable,
lo mismo que el villano de la función, el anciano Nigel (que recuerda mucho al peluche malvado
de "Toy Story 3", pero con plumas...) y su tropa de monos desequilibrados.
Los protagonistas "humanos", en cambio, poseen el trazo de siempre, con los tics y gestualidades
característicos de este tipo de producciones, aunque sin demasiada expresividad o mimo por
el detalle. Digamos que apuestan más por el histrionismo o el gag corporal, para variar.

De todas formas, y siendo justos con la propuesta de la Fox, "Rio" cumple absolutamente con
su cometido de entretener y hacer reir a su público potencial. Hay pasajes humorísticos
eficaces, que consiguen arrancar sonrisas y carcajadas en no pocas ocasiones.
Tambien el ritmo es trepidente, con escenas vertiginosas y espectaculares (momentos como el
primer vuelo accidentado de Blu, entre aladeltas que planean alrededor del majestuoso Cristo
de la ciudad, o la multicolor y fastuosa secuencia de la cabalgata) que, vistas con el enfoque
3D adquieren un exponente más que considerable.
Aunque, sin duda alguna, lo mejor del filme es su banda sonora: tanto la hermosa selección de
canciones, como la partitura creada por John Powell (atención al número musical que inaugura
y clausura "Rio") ofrecen una fusión vibrante, pegadiza y poderosa que es un auténtico
regalo para los oidos.

En definitiva, un pasatiempo bonito, agradable y sencillo que contagia cierta alegría peregrina,
volátil, que, para los tiempos que corren, no es moco de guacamayo.

NIVEL DE VICIO: 6


jueves, 12 de abril de 2012

CRÍTICA DE "EL ÚLTIMO VERANO"

36 vues du Pic Saint-Loup (2009)
Dirigida por: Jacques Rivette
Música: Pierre Allio
Reparto: Sergio Castellitto, Jane Birkin, Julie-Marie Parmentier, André Marcon...

Argumento:  Kate regresa al negocio del circo tras el fallecimiento de su padre.
Mientras, Vittorio, un italiano que comienza a frecuentar el espectáculo ambulante
y a codearse con sus trabajadores, acabará involucrándose afectivamente con Kate.



                                                           TU CIRCO ES PURO TEATRO
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

Hablar del amor con sencillez puede ser maravilloso...
En cambio, hablar del amor con desgana resulta demoledor. Y si además se recurre al lenguaje cinematográfico, pues mal empezamos y aun peor terminamos.
Jacques Rivette ("Vete a saber", "La bella mentirosa"...) pierde el equilibrio y el pulso narrativo al sustituir la cuerda floja por un auténtico alambre de espinos que desgarran su relato desde múltiples vertientes.
Hay una linealidad torpe, titubeante durante el transcurso de la historia, con tránsitos humorísticos que acaban resultando deslucidos y asépticos (Rivette juega a ser Tati con las piezas erróneas del rompecabezas).
También surgen amagos de entreactos que tratan de dotar al filme de un naturalismo barato, pretendiendo una aproximación realista y fresca de cara al espectador que no solo añade distancia sino apatía y sopor.

En efecto, Rivette ha procurado dotar a su producto con un halo teatral, añadiendo a su humilde carpa multitud de minúsculas bambalinas donde, supuestamente, los personajes se confiesan, montan sus monólogos
y desmaquillan sus clowns para desnudar sus almas.
Hay una puesta en escena deliberadamente íntima, casi minimalista que encuentra su punto débil en una artificiosidad irrefrenable, sin ataduras. En éste sentido, el protagonismo de Jane Birkin hace flaco favor para
enmendar el desaguisado: la actriz, que pese al paso de los años sigue igual de sosita y acartonada, no alcanza el mínimo requerido de credibilidad y complejidad para dibujar al personaje de Kate.
Basta ver pasajes como el soliloquio mostrado en la carpa vacía o las conversaciones con su hermana para comprobar la mediocridad de la intérprete. Ni siquiera el apoyo del siempre enorme Sergio Castellito enmenda ésta causa perdida que resulta difícil de soportar en una sala de cine.

"El último verano" no es una mala película, sino una representación fallida, un juego de malabares bienintencionado pero mal ejecutado y una auténtica sonrisa invertida que no arranca llantos ni carcajadas.

NIVEL DE VICIO: 3

miércoles, 11 de abril de 2012

CRÍTICA DE "PIRAÑA 3D"

Piranha 3D (2010)
Dirigida por: Alexandre Aja
Música: Michael Wandmacher
Reparto: Elizabeth Shue, Ving Rhames, Adam Scott, Jerry O'Connell, Kelly Brook, Dina Meyer...

Argumento: Llegan las vacaciones de primavera y el Lago Victoria se llena de jovencitos descerebrados, chicas medio desnudas, alcohol, drogas...y cientos de voraces pirañas prehistóricas. La diversión acabará siendo un apoteósico baño de sangre.


                                              ¡ÉSTOS PECES ESTÁN QUE SE SALEN!
                                                                      Por Alejandro Chacón Ruiz.


Ni con gafas 3D se ve con buenos ojos el cine gamberro y sin complejos...
Si pensábamos que Alexandre Aja había dejado de ser tan "enfant terrible" con (la muy estimable) "Mirrors", el regocijo y el furor adquieren niveles estratosféricos con el remake de "Piraña".
Sí y mil veces sí: lo nuevo de Aja es cine enfocado por y para la diversión palomitera, es un potentísimo chute de película veraniega de antaño, de terror ochentero con monstruítos, descerebrados y macizorras de turno.

Y hay tetas...

"Piraña 3D" es arrebatadoramente disfrutable desde el minuto 1, como una turbina de agua, bañadores, silicona, alcohol , drogas y hemoglobina que muestra sus intenciones tan abiertamente al gran público convirtiéndola en la mejor muestra de subgénero realizada en los últimos diez años.

Y hay culos...

No conforme con la autenticidad de su condición, el filme tiene, además, numerosas virtudes a nivel técnico y de realización. Las escenas subaquáticas tienen una calidad impecable, la fotografía
es luminosa y los encuadres son extraordinarios. Y hablando de ubicaciones:
pese a que el escenario fundamental de la función es el Lago Victoria y sus cuevas sumergidas, mucha atención a esos contornos áridos, rocosos y malrolleros "made in Aja" que rodean el lugar...dicen por ahí que esas colinas tienen ojos.
Por otro lado, no podemos dejar de mencionar los asombrosos Fx de maquillaje
de Nicotero y Berger, auténticos maestros de la casquería e higadillos de calidad.

Y hay tetas...

¿Y de las reinas de la función, qué decir?...Pues que las pirañas de Joe Dante tenían su mérito, las de James Cameron volaban...pero las de Ajá se salen! Y no solo por el reciclaje tridimensional, sino por el diseño, ferocidad, poca verguenza y cachondeo que destilan cada una de ellas...Vamos, son como gremlins acuáticos.

Y hay culos...

Si a todo lo relatado, añadimos un reparto más que solvente (Elizabeth Shue, Jerry O'Connell, Ving Rhames...), caras y cuerpos bonitos (Kelly Brook, Jessica Szohr...) y cameos de relumbrón (Richard Dreyfuss-y pensar que pudo con el Tiburón de Spielberg!-, Dina Meyer, Eli Roth...) y una banda sonora que te contagia cierto ritmillo en la butaca, solo queda puntualizar lo citado al comienzo de éstas lineas.

No suele verse con buenos ojos el cine gamberro y sin complejos. Una película como
la que nos ocupa está destinada, sin razónes de peso, a ser vapuleada casi desde su gestación.
Tan solo queda decir que, mientras los críticos afilan sin piedad ni sentido sus cuchillos,
y habiendo pirañas de por medio, viene de perlas citar aquello de "¡dientes, dientes, que es lo que les jode!".

NIVEL DE VICIO: 9

CRÍTICA DE "EL MUNDO SEGÚN BARNEY"

Barney's Version (2010)
Dirigida por: Richard J. Lewis
Música: Pasquale Catalano
Reparto: Paul Giamatti, Dustin Hoffman, Scott Speedman, Rosamund Pike, Minnie Driver...

Argumento: Barney Panofsky es un viejo productor de televisión, aficionado
a la bebida y fanático del hockey que lleva una vida bastante caótica.
Se ha casado tres veces, tiene un padre extravagante, un amigo encantador
y una enfermedad que le va consumiendo sin darse cuenta.


                                                               NIEBLA EN LA MEMORIA
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

Richard J. Lewis estaba reciclado desde hacía varias décadas en el formato televisivo de consumo rápido y fácil digestión (capítulos de "CSI Las Vegas", "El Autoestopista", "Historias del Más Allá"...)hasta que un best-seller de Mordecai Richler, oportunamente guionizado, le invita a redescubrirse de forma triunfal ante la gran pantalla.
Y su triunfo se ubica en no pocas disciplinas dentro de "El mundo según Barney":                                      

-Por un lado nos encontramos con una dirección de actores soberbia, impecable. La palma se la lleva un Paul Giamatti arrebatador, entrañable y con un poderío emocional que alcanza a manos llenas la fibra sensible
del espectador(atención a momentos como el hallazgo del cuerpo de su padre en el burdél, la confesión amorosa ante Miriam en el tren o los dolorosos tramos finales, con la enfermedad de Barney en fase terminal).

Dignos de destacar son también Rosamund Pike(ese cruce inglés entre Audrey Tautou y Sophie Marceau), Minnie Driver(en un divertido rol de histérica indeseable), Scott Speedman y su creible sexy-yonki...y por supuesto, al veterano de Dustin Hoffmann bordando al hilarante y deslenguado patriarca (ojito al instante de la cena en la mansión de la familia de la futura segunda esposa de Barney).

-En otro orden de cosas, Lewis esparce la relatividad del amor en su narración con un clasicismo formal y un sentido del ritmo francamente admirables. Conocemos al protagonista con una profundidad inusitada, podemos apreciar cada matíz del caracter de Barney Panofsky, disfrutar de empatías y simpatías a través de las diversas décadas en las que evoluciona el personaje y sus entrañas...y todo ésto no suele fluir ni con todas las historias ni con todas las películas.

-En último lugar, "El mundo según Barney" habla de los errores más humanos, de las torpezas más transparentes...de la pasión ciega como prehistoria del amor incondicional. El filme tiene un alma genuinamente blanca y eso queda reflejado de forma indeleble en las miradas, las risas, los gags agridulces y las lineas brillantes que conforman cada fotograma.

Es comedia, es drama, es cine negro, es revival...pero, muy por encima de todo, es una mirada fija e inmutable hacia esa niebla de la memoria, a esa dolencia del recuerdo que perturba la mente pero que jamás enmudece al corazón.

NIVEL DE VICIO: 8'5


martes, 10 de abril de 2012

CRÍTICA DE "NUNCA ME ABANDONES"

Never let me go (2010)
Dirigida por: Mark Romanek
Música: Rachel Portman
Reparto: Andrew Garfield, Carey Mulligan, Keira Knightley, Sally Hawkins, Charlotte Rampling...

Argumento: Tres muchachos pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés donde nada es lo que parece. El ambiente idílico del lugar les depara un futuro cruel e inquietante y la única salida posible reside en sus propios corazones.


                                                             DONANDO  SENTIMIENTOS
                                                                        Por Alejandro Chacón Ruiz.


Pocas cosas pueden resultar tan estremecedoras como el descubrir que tu vida ya está proyectada desde el minuto cero. Alguien ha delimitado tu futuro hasta el punto que tú mismo debes reconstruir tu propio corazón...Y no el corazón que late, sino el que siente y piensa. El que tiene sus puntos cardinales entre el cerebro y los genitales.

Mark Romanek plasma en un cuento presuntamente luminoso y tierno ese poso trágico y casi psicotrónico (impulsado por la literatura de Kazuo Ishiguro, como es obvio) en el que unos niños descubren mucho antes el destino de sus sentimientos que la finalidad de sus propios organismos.

Añadiendo cucharaditas de "L'ecole" de Lucile Hadzihalilovic y leves esencias del John Irvin y su "Despertar del Amor", el realizador ilumina con energía y musicaliza (maravillosa Rachel Portman) grácilmente toda una antesala entrañable, idílica telonera de una adolescencia terminal repleta de interiores amputados y exteriores forzados al deseo y resignados al desamor.

"Nunca me abandones" posee una armonía decadente que la convierte en un filme de ficción honesto, peligrosamente sutíl y cercano, capaz de esparcir un terror tan silente que parece dulce, como si de un afilado juguete se tratara.

Mención aparte merecen los aun desconocidos intérpretes que representan la niñez de Mulligan, Garfield y Knightley, en una ejecución de personajes emotiva, de naturalidad pasmosa e infinitamente superior a las sus réplicas adultas y estelares (exceptuando a una soberbia Carey Mulligan, capaz de acongojar al más curtido).

Definitivamente, un relato sobre la donación de sentimientos y la clonación de esas piedras del camino con las que el ser humano está condenado a tropezar hoy, mañana y siempre.

NIVEL DE VICIO: 8

CRÍTICA DE "CISNE NEGRO"

Black Swan (2010)
Dirigida por: Darrn Aronofsky
Música: Cliff Martinez
Reparto: Natalie Portman, Vincent Cassel, Mila Kunis, Winona Ryder, Barbara Hershey...

Argumento: Nina vive por y para la danza. Forma parte del cuerpo de ballet de una compañía en Nueva York y cuando el azar le ofrece protagonizar "El lago de los cisnes", la presión, los nervios y el agotamiento la arrastrarán a un mundo pesadillesco donde la realidad se tambalea peligrosamente.
                         PASOS DE DANZA SOBRE EL FILO DE UNA NAVAJA
                                                                     Por Alejandro Chacón Ruiz.

Resulta asombroso no descifrar versos en un filme tan potencialmente poético
como el "Cisne Negro". Sin llegar a experimentar el síndrome de Stendhal, la
contemplación de éste inmenso mural viviente puede llegar a arrebatar la sensibilidad
(que no el sentido) del espectador para envolverle en su cálido manto abrupto y pesadillesco.
Más que hermosura y belleza, hay un lirismo tan desgarrador y sangrante
en el lago de Aronofski que, sin querer remediarlo, acaba anidando en el alma y la
memoria del público.
La historia tiene todo su abecedario, todos sus pulmones y hasta el último latido
en los rasgos y el talento de una Natalie Portman tan inmensa, tan poderosa, que
provoca una compasión extenuante y un atisbo de pavor que confunde e incluso hiere.

El realizador situa la cámara vertiginósamente cerca de sus personajes, creando
empatías claustrofóbicas y realidades oprimentes(otorgándonos, de paso, con
piruetas visuales tan alucinantes como esos giros de eje completos delante de un espejo),
para dibujar así el enfermizo cosmos de Nina Sayers.
No requiere Aronofski de malsanas academias en Friburgo, ni de adoradores de una
Mater Suspiriarum, tampoco ha de girar lirios azules para descubrirnos atajos a terrores
impensables...tan solo le basta y le sobra con merodear en la frágil, inestable y psicótica
mente de su bailarina principal para hacer que el miedo gire y despliege sus alas.
Y logra así hacernos testigos de la ascensión de Nina a través de los bulímicos peldaños
de su particular escalera de Jacob, calar en el bajo vientre mientras se desgarra a
arañazos el doble cuerpo para que surgan las dobles plumas, las blancas y las oscuras,
las que situan al verdugo que hay detrás del cristal frente a la víctima que hay ante él.

Toda esa relatividad grotesca, su multiplicidad reflectante, la riqueza incalculable de
sus personajes y, fundamentalmente, una capacidad de emocionar entre sobresaltos
y amedrentarnos con la triste honestidad de una mente insana, erigen esta pieza
como el más perverso, majestuoso y sensacional canto de cisne de su director.
Un canto que ha manipulado sus guiños voluntarios en acertadísimos parecidos razonables
(la relación de Nina y Erica nos arrastra a esa obsesiva unión depalmiana entre Carrie White y su
fanática madre-puntualmente en el instante en que el personaje de Barbara Hersey intenta
impedir que su hija asista a la representación...¿le pitarán los oidos a Piper Laurie?-)o licencias
autrorreferenciales(la desconcertante secuencia de la discoteca, con Nina y Lily en una vorágine
de luces y techno que recuerda a las orgias anales de Jennifer Connelly en "Requiem por un sueño")
dignos de la más encendida y larga ovación.

Una oscura, sombría, caótica y casi masoquista obra maestra que ha tomado prestados los alfileres
oculares de Argento para que nuestros ojos no se pierdan ni un segundo del espectáculo
más dolorosamente perfecto de los últimos años.

NIVEL DE VICIO: 9