miércoles, 16 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "¡QUÉ DILEMA!"

The Dilemma (2011)
Dirigida por: Ron Howard
Música: Hans Zimmer, Lorne Balfe
Reparto: Vince Vaughn, Jennifer Connelly, Kevin James,Winona Ryder, Channing Tatum, Queen Latifah...

Argumento: Ronny y Nick mantienen una amistad incondicional desde que se conocieron en la universidad y además son socios en una empresa de diseño de automóviles. Un dia, el destino pondrá a Ronny en una delicada situación: será testigo de como la esposa de Nick le engaña con un atractivo joven. Las dudas acerca de contarle la cruda verdad a su amigo atormentarán al bueno de Ronny.


                                     DICOTOMÍA UNIVERSAL DE LA HONESTIDAD
                                                                       Por Alejandro Chacón Ruiz.

No tuvo que ser fácil para Ron Howard exponer en tono de comedia el doble filo de la verdad, una verdad que tranquiliza una conciencia para destruir una pareja, o lo contrario, un silencio que te mina por dentro mientras allá afuera la felicidad del ignorante se expande dolorosamente...arrastrándote a una complicidad irremediable y muda. Y esa complejidad envuelve perniciosamente al conjunto del filme.

No nos coje tampoco por sorpresa el escaso pulso que Howard tiene con la comedia (bien es cierto que otros géneros, se le dan bastante mejor...) y en "¡Qué dilema!" consigue bautizar un nuevo subgénero: la "no comedia". Es verdad que la vocación de la historia tiende a la risa, incluso a lo hilarante (Vaughn espiando a Tatum y Ryder, o la repentina pelea entre James y Vaughn, revolcándose por los suelos, en una sala de espera...) pero el realizador antepone el frenazo para ceder el paso al trasfondo dramático, incómodo, de farragosa moralina y titubeantes empatías de cara al público. Por decirlo de alguna forma, el gag tiende a congelarse abrúptamente y la diversión se queda en un interruptus desconcertante y no muy bien recibido.

Retomando las empatías, es justo decir que algunas de las situaciones que nos plantea la película son perfectamente reconocibles. Muy conseguida en este sentido la credibilidad que aporta el personaje de Vaughn, expuesto en pantalla como una segunda piel para muchos espectadores: un hombre que baraja hasta la extenuación conceptos como la lealtad hacia la amistad, el miedo a la traición, las medias verdades que terminan siendo mentiras completas, el chantaje emocional...y finalmente la vorágine de sinsentidos en la que se convierte el inofensivo granito de arena.

Atención al personaje de Geneva, manejado con brillantez por una Winona Ryder poderosa, propietaria del papel más goloso de la función. Es más, posiblemente Geneva sea el rol más deliciosamente antipático y retorcido que la actriz haya encarnado en toda su carrera: sólo hay que observar el tremendo instante en el que ella se cita con Ronny en una cafetería y la malintencionada conversación que tiene con éste, amedrentándole. Respecto al resto de intérpretes, Jennifer Connelly nos regala su estimulante presencia y abrumadora belleza que hacen balance con lo anodino de su personaje o la siempre potente pero fugaz aparición de Queen Latifah.

Así son las cosas; Howard ha rodado una no comedia con diversos aciertos que encuentra el espejo más diáfano en esa dicotomía de la honestidad que en cualquier pie calza y que nos lanza a la cara un terrible dilema: muchas veces es más fácil llegar a la alegre mentira que atravesar el largo y recto camino de la verdad.

NIVEL DE VICIO: 5





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