martes, 8 de mayo de 2012

CRÍTICA DE "MARTHA MARCY MAY MARLENE"

Martha Marcy May Marlene (2011)
Dirigida por: Sean Durkin
Música: Daniel Bensi, Saunder Jurriaans
Reparto: Elizabeth Olsen, Hugh Dancy, Brady Corbet, Sarah Paulson...

Argumento: Martha decide abandonar una secta a la que pertenecía desde hacía varios años para reencontrarse con su hermana y el marido de ésta. La nueva vida de Martha estará dominada por los tortuosos recuerdos del pasado y por una creciente paranoia que afectará a las personas que la rodean.


                                                                SINÓNIMOS  DEL  MIEDO
                                                                         Por Alejandro Chacón Ruiz.

Viajar a la América más profunda no supone siempre tomar un giro al infierno en un Km. 666 para que los adolescentes se conviertan en dulces de carnicería del terror a lo fast-food.
Hay otros caminos, separados pero de tendencias convergentes: Sean Durkin demuestra en su inquietante drama que inocular el miedo con sutilidad puede causar los mayores desbarajustes emocionales. Sabe como orquestar cada toma, cada plano con esa armonía incómoda.

El filme se abre con un prólogo de retazos silenciosos, donde lo cotidiano se resuelve con una expresión minimalista y un pulso manso: todo es, en realidad, la disección de un grito ahogado.
Y ese grito estalla en una huída, la de nuestra protagonista. Una huída que no es una pérdida sino la búsqueda desesperada de nuevos caminos.

Marcy May escapa para reencontrarse con Martha y Martha regresa para dejar atrás a Marcy May: y todas estas idas y venidas pertenecen a un mismo ser, a una única persona.
Y ésta entidad sin identidad adquiere una complejidad fabulosa, entre emotiva y potencialmente dañina gracias a la interpretación de Elizabeth Olsen. Su personaje, más que vivir, parece merodear por la vida, como un animal asustado.

Durkin, haciendo gala de un montaje excepcional, consigue que los flashbacks se adhieran a la narración lineal. Y todo es turbio e insano...como la mente atormentada de Martha (antes Marcy May).

Cambia el nombre y cambia la vida: Martha es libre, Marcy May está abducida...
Abducida o anulada: en la película hay una evidencia, dibujada sin morbo o sensacionalismo, acerca de la capacidad de las sectas de alimentarse de la vulnerabilidad y la fragilidad.

Es en éste punto donde el realizador disfraza hábilmente la perversión y la desazón con una epidermis de retablo "hippie", casi resuelto en una oscura y jerárquica parcela nínfica.
La cámara se las ingenia para abarcar toda la tensión aletargada en planos fijos, puntualmente rígidos, pero de gran poder descriptivo, a lo que se suma una opresiva banda sonora.

"¿Qué ocurre cuando no puedes distinguir si algo es un recuerdo o forma parte de un sueño?" se pregunta Martha en un pasaje de ésta historia.
La respuesta, ciertamente, la tenía Marcy May...pero, ¿Y Marlene?
Marlene pasa de puntillas en la película, aunque, lo más seguro es que se encuentre al otro lado de la pantalla, con un rostro cualquiera e identificando un sentimiento universal: el miedo.

NIVEL DE VICIO: 8

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