martes, 10 de abril de 2012

CRÍTICA DE "COPIA CERTIFICADA"

Copie Conforme (2010)
Dirigida por: Abbas Kiarostami
Música: Varios
Reparto: Juliette Binoche, William Shimell, Jean-Claude Carriére, Agathe Natanson...

Argumento: Un escritor inglés viaja al sur de la Toscana para dar una conferencia. Allí conocerá a una galerista francesa con la que entablará una, cuanto menos, curiosa relación.


                                                     (DES)AMOR CONTEMPLATIVO
                                                                     Por Alejandro Chacón Ruiz.

Si en títulos anteriores como "A través de los olivos", "Y la vida continúa"
o "El viento nos llevará" Kiarostami nos sumergía en el cine dentro del
cine, incluso en rodajes dentro de rodajes, en "Copia Certificada" nos habla
de personajes dentro de personajes.
 
También hay miradas dentro de miradas. El ojo creativo retratando al
ojo contemplativo-éste galimatías se resuelve viendo el asombroso
arranque de la película: mientras el escritor protagonista presenta
su novela, la camara de Kiarostami registra con inusitada naturalidad
los rostros y las reacciones de varios asistentes al acto-
Algo parecido sucedía, de forma mucho más irritante, en la anterior "Shirin",
pero ocupando todo un metraje y colmando la paciencia de muchos espectadores.

El realizador iraní traslada su sabiduría creativa a Europa, a una Toscana más
íntima a nivel cinematográfico, deliciosamente rural, para desatar un amalgama
de discursos perfectamente reconocibles y progresivamente más y más sorpresivos.
Siguiendo esa progresión, Kiarostami, sirviéndose de una extraordinaria Juliette
Binoche y un contenido pero fabuloso William Shimell, nos expone a las imitaciones,
a las copias, como contenedores de una carga emocional/sentimental mucho mayor
que en la obra original(a fin de cuentas, el original sólo pertenece al autor y sus
circustancias y una copia, en cambio, puede considerarse un acto de compartición,
como si del mismísimo Amor se tratara)
 
Curiosamente, el personaje de Ella, tan original e inimitable, está rodeado de copias
(esculturas, antiguedades, libros...)dada su profesión, mientras que James,
deliberadamente frio y meticuloso, es un ser que utiliza su creatividad para
autorreafirmarse. Es más, sus libros son como fotocopias que certifican ideologías,
sentimientos de dudosa credibilidad que mutan en perros lazarillos que le guian
en un devenir mecánico y frustrante.

Kiarostami nos propone un certero ejercicio de meditación: lo original puede ser mucho
menos espontáneo que lo imitado ya que las copias quizás tengan un sello más
personal, con un vagaje pasional mucho más rico, más cercano y cálido.
Pero "Copia Certificada" sigue mondando las capas de sus personajes, dejando atrás
los viajes interiores, los autodescubrimientos y desembarcando en la esencia
potencial del filme: en el ejercicio de la contemplación de obras de arte y personajes
pintorescos, James y Ella intentan reescribir sus propias vidas, desatar nudos,
despojarse de cualquier ropaje para ser libros en blanco, puros y vírgenes.
Se proponen, de esta forma,  ejercicicios de conciencia interesantes, como asumir que
las personas que forman parte de nuestras vidas son copias certificadas de todo
lo que amamos y todo lo que odiamos.

Quisiera destacar los curiosos, pero nada casuales encuadres utilizados por
Kiarostami, subrayar la sutileza con la que desmascara situaciones, como en
la genial escena de la cafetería atendida por una señora con forma y oficio de
punto de inflexión o la hiriente serenidad de su epílogo, en la secuencia del hotel,
mostrando a Ella como la mujer anclada en los recuerdos-por cierto, atención
al evocador tartamudeo final- y a James como individuo en permanente huida
personal, condenado a la memoria selectiva.

En definitiva, "Copia Certificada" es un maravilloso juego de falsos anónimos
que buscan esa dedicatoria profunda y amorosa que sea la huella indeleble
que marque sus vidas.

NIVEL DE VICIO: 8

 

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