martes, 6 de marzo de 2012

CRÍTICA DE "MELANCOLÍA"

Melancholia (2011)
Dirigida por: Lars Von Trier
Música: Mikkel Maltha
Reparto: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Keifer Sutherland, Charlotte Rampling, Udo Kier, John Hurt...

Argumento: Justine y Michael celebran su boda por todo lo alto en la fastuosa mansión de su hermana y su cuñado. Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra, creando desasosiego, paranoia y una desdicha autodestructiva.


                                                                       ¡DOGMAGEDDON!  
                                                         Por Alejandro Chacón Ruiz.

Las múltiples lecturas que se desprenden de éste apocalipsis tántrico de Lars Von Trier podrían compararse con la inutilidad (funcional) de un juego de muñecas rusas.
Desmontas las capas artesanales y en el fondo del pozo sólo aparece la infinitesimal esencia del juguete roto...mira qué bien!
Hay dos planetas: Melancolía y la Tierra.
Hay dos películas: Justine y Claire.
Pero hay una sola órbita, desorbitada pero con una simetría conceptual a la cual no hay quien le tosa. Si el planeta se va a pulverizar, ¡qué más da tanto efectismo contra natura!
 
En el prólogo, sinfónico y lánguido, Lars sustituye el gore pseudoporno de "Anticristo" por un amalgama de imágenes que se nos antojan descolocadamente familiares: vemos árboles de la vida que extienden sus ramas y raices en plan "Evil Dead" y caballos desvaneciéndose al más puro estilo Tarsem.
 
A partir de éste momento, comienza una extraña catarsis en la cual Lars Von Malick decide estrellar el planeta de Camilo Sesto contra esa especie de Marienbad añejo, perpetrando una gestación tan productiva como el Big Bang.
 
Y en el nucleo de la odisea dogmática, asistimos a un banquete familiar armónico y crispante a la par, donde el estallido de las tensiones familiares es de barraca de feria, profundamente ridículo. Los rostros estelares de la función(Dunst, Sutherland, Gainsburg y unos desperdiciados hasta la médula Rampling, Kier, Hurt y Skarsgard)se acaban pareciendo a aquellos individuos de "El angel exterminador" de Buñuel, absurdamente presos de sí mismos, rebotando entre sus altibajos, como inmersos en una orgía de desencanto inconcluso...De hecho, el banquete de Justine es un planeta en si mismo, o mejor dicho, un agujero negro que absorve hasta el último orbe de lógica. El Marienbad de Trier, ante el advenimiento de Melancolía, se reduce a una alubia más dentro del ostentoso frasco de cristal.
 
Tras ésto solo queda espacio para Melancolía, ese planeta vampiro que succiona ritmos, vidas y almas. Un planeta que posee un efecto licantrópico en los humanos (los personajes son los lobos y Melancolía es la luna llena) y que abre una cicatriz interrogante: ya que a éste Lars no hay por donde cogerlo, solo está en manos del espectador el entregarse a su cine como salto de fe o como mero acto de comprensión.

NIVEL DE VICIO: 4
                                                                    

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