jueves, 8 de marzo de 2012

CRÍTICA DE "EL SUEÑO DE ALEXANDRIA"

The Fall (2006)
Dirigida por: Tarsem Singh
Música: Krishna Levy
Reparto: Catinca Untaru, Lee Pace, Justine Waddell, Robin Smith, Daniel Caltagirone...

Argumento:  En un hospital, la pequeña Alexandria entabla una peculiar amistad con Roy, un paciente que comparte con ella todo tipo de fantasias y ensoñaciones. La unión entre ambos provoca que la realidad gris que los rodea comience a fusionarse con los personajes y aventuras descritas en los relatos, llenando sus vidas de nuevas emociones y sentimientos.


                                                 EL IMAGINARIO DEL DOCTOR SINGH
                                                                      Por Alejandro Chacón Ruiz.

Los primeros títulos de crédito, ya desde el minuto cero, que comienzan a ilustrar el prólogo de
"El sueño de Alexandría" vienen enmarcados entre dos fuerzas magnéticas de un irresistible poder de captación: por un lado una secuencia de ralentí sepia, donde asistimos a una extraña poesía visual que muestra como un grupo de hombres sacan con cuerdas y sudor a un caballo muerto de las aguas de un rio...por otro lado suena una hermosa y melancólica sinfonía de Beethoven...y en medio de todo esto, una predisposición, casi fruto de un pálpito acertado,
hacia una entrega plena, abnegada a las casi dos horas de función que nos obsequia Tarsem.

El realizador hindú, hace ya mas de 8 años, dejó patente con "La celda" que lo convencional está pasado de moda.Tarsem es un encantador(y no de serpientes, precisamente...), es un creador, un hacedor de imposibles alucinantes y sinsentidos fascinantes...Tarsem riza los rizos de diseños, escenarios y estructuras, convirtiéndose en una revisión mística de Tim Burton o Guillermo del Toro.
 
En "The Fall", apreciamos escenarios naturales moldeados en caprichos geométricos donde se desarrolla la acción, donde se desarrollan tambien los personajes, observamos dunas que son cascadas descomunales y paredes colosales a la par, además de vacíos perlados de pequeñas, dispersas maravillas ornamentales o todo lo contrario, espacios sobrecargados
de un todo que ,sin imaginación o sin inocencia, sería una NADA imparable.

Esa NADA enemiga de la fantasía, de la candidez humana(que en la niñez encuentra su máximo exponente), lleva a Tarsem, por boca de Roy, a homenajear a Michael Ende y su "Historia Interminable": en la película que nos ocupa, yo particularmente he visto a Roy como el libro y a Alexandría como el vehículo, el pasaje que transforma las palabras en imágenes vivas.
 
"The Fall" nos enseña, entre otras cosas, que las historias no compartidas acaban pereciendo en el olvido y que el talento innato necesita ojos, oídos y tacto para ser reconocido y aceptado, ya que no hay nada en este mundo que requiera del feedback como la creatividad.

También son dignos de mención los ropajes que visten las alegorías, las proyecciones de Roy, creadas entre lo psicotrónico y las bases de las grandes epopeyas de la Literatura universal: que no espere, por tanto,el espectador, ningún atisbo de rigor histórico pues Tarsem va por libre en todos los sentidos, y muy bien que hace.

Es en el ritmo donde el largometraje encuentra su talón de Aquiles, denotando cierta densidad, incluso pereza narrativa casi al final del segundo acto (precisamente en el momento en el que la realidad del hospital y los acontecimientos que rodean al personal-Roy y la niña incluidos-adquieren un empaque dramático un tanto desmedido y forzado) pero que remonta eficazmente en un desenlace amable, cargado de emociones.

Encontramos en el filme numerosos pasajes dignos de ser mencionados, a saber:

- La mariposa de Darwin transformándose en una colosal isla obra y gracia de un montaje de esos que dan ganas de llorar de alegría.
 
- El momento en el que Roy visita a Alexandría tras el accidente de ésta en el hospital: vemos como, entre lágrimas, comparten una versión amarga y derrotista del Bandido Azul y sus compañeros.
 
- El montaje final de secuencias de películas antiguas, todo un guiño al momento más inolvidable de "Cinema Paradiso".
 
- Por último, y repito, la escena con la que arranca el largometraje: para mí, uno de los momentos más alucinantes y bellos que he podido ver en una sala de cine.

NIVEL DE VICIO: 9'5



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